En el corazón de la zona metropolitana Colima-Villa de Álvarez se encuentra un sitio de gran valor histórico, arqueológico y biológico conocido como La Campana. Este espacio se compone por tres entidades: la Zona Arqueológica, gestionada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); el Área Natural Protegida (ANP), administrada por el Gobierno del Estado de Colima; y el Jardín Etnobiológico La Campana (JEC), proyecto impulsado por el CONAHCyT. Cada uno de estos espacios desempeña un papel vital en la conservación de la riqueza cultural y natural de la región, aunque difieren en sus enfoques y funciones específicas.

El predio que, hasta el siglo pasado fuera conocido como Rancho o Potreros de La Campana, alberga evidencia de uso y ocupación humana en los últimos 3000 años, así como los restos de la antigua ciudad de Almoloyan, uno de los centros urbanos más importantes del Occidente Mexicano. Desde 1917 se reportó la presencia de un importante asentamiento en Colima, pero fue hasta 1995 que, tras la denuncia ante el INAH, se da a conocer lo que hoy es la Zona Arqueológica.

El resto de este predio quedó inmerso en la mancha urbana y fue declarado como Zona de Monumentos Arqueológicos por parte del INAH. A partir de ese momento el espacio se usó principalmente como agostadero hasta septiembre de 2018, cuando el Gobierno del Estado de Colima inauguró el entonces “Parque Ecológico La Campana”. En ese mismo año, Colima ingresó al Corredor Biocultural de Occidente (COBIOCOM) en el que la Campana se encuentra como uno de los sitios con importancia biocultural.

En el año 2020 el Instituto para el Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable del Estado de Colima (IMADES) y Jardín Botánico de Colima, A.C., con apoyo del CONACyT comenzaron el establecimiento del Jardín Etnobiológico en tres áreas del extremo sur-sureste del ahora ANP, con el objetivo de generar espacios para recuperar, conservar y visibilizar a las especies nativas, así como los conocimientos y saberes tradicionales relacionados a la diversidad biológica y cultural de la región.

Actualmente la vida administrativa y técnica del JEC depende del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo, A.C. (CIAD), en colaboración con el Centro de Estudios e Investigación en Biocultura, Agroecología, Ambiente y Salud (CEIBAAS-Colima).

Contexto arqueológico

El JEC se desarrolla sobre los vestigios arqueológicos de la antigua ciudad del Almoloyan, cuya ocupación se remonta aproximadamente al 1870 a.e.c, con un esplendor alrededor del 100-900 e.c. Se han encontrado diversos contextos culturales desde el preclásico hasta el posclásico.

Contexto ambiental

Los antiguos potreros de La Campana han tenido diversas intervenciones humanas, principalmente habitacional y agropecuario, aunque con pequeña industria como la extracción de añil y fabricación de ladrillos, sin embargo, desde hace unos 50 años se limitaron las actividades en éste predio, quedando la ganadería como actividad principal. Debido a ésta última, el paisaje tiene una composición florística de vegetación secundaria, principalmente asociada al ramoneo y forrajeo, aunada a relictos de selva baja y bosque de galería.

Aunque su biodiversidad es relativamente limitada, este espacio tiene grandes contribuciones ambientales como lugar de recarga de mantos acuíferos, corredor biológico entre el Río Colima y el arroyo Pereyra, sumidero de carbono urbano y la reducción local de la temperatura.

Importancia biocultural

La Campana cuenta con un repertorio de especies de flora y fauna con importancia biocultural que ha subsanado diferentes necesidades de los pobladores locales.

Como ejemplo primordial de ello, La Campana es un sitio de resguardo fitogenético de los parientes silvestres del sistema agroalimentario mesoamericano denominado “milpa”. La presencia de distintas poblaciones silvestres de cultivos como el chan (Mesosphaerum suaveolens), tomate (Physalis sp.), jitomate (Solanum lycopersicum), calabaza (Cucurbita sp.) y frijoles (Phaseolus spp.) hacen de este sitio un lugar crucial para implementar estrategias de conservación, investigación y divulgación científica a nivel local, estatal, nacional e internacional.

De manera colateral destaca la presencia de diversas especies de plantas nativas que son empleadas por pueblos mestizos e indígenas de Colima con fines alimentarios, medicinales, maderables, textiles, forrajeros y melíferos, entre otros. Todas ellas son parte distintiva de la región cultural del Occidente de México.

Además, el lugar alberga insectos, mamíferos, reptiles y aves silvestres que forman parte de las creencias, la dieta, la inspiración artística, la economía y el entretenimiento de la gente de Colima.